OCEAN'S THIRTEEN. AHORA SON TRECE

DIRECCIÓN: Steven Soderbergh
TÍTULO ORIGINAL: Ocean's Thirteen (2007)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Brian Koppelman, David Levien
FOTOGRAFÍA: Steven Soderbergh
MÚSICA: David Holmes
DURACIÓN: 122 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Ahora son trece debe ser considerado un pecado venial de Steven Soderbergh y George Clooney. Socios en producciones como Syriana, Solaris, Regresiones, Buenas noches, buena suerte, Insomnia y Lejos del cielo, entre otras, la pareja ha logrado un acuerdo sumamente favorable con los ejecutivos de empresas productoras como Warner, a las que entregan cada cierto tiempo una cinta que garantice una buena taquilla, a cambio de obtener cierta libertad para filmar proyectos más personales.

Sin la energía de la primera, sin la presencia femenina que le imprimía cierto atractivo a la segunda y con un desarrollo más intrincado, pero no más interesante, Ahora son trece (Ocean's Thirteen) es apenas un nuevo pretexto para reunir a un notable grupo de actores, que en otras condiciones difícilmente coincidirían, para que se diviertan jugando papeles en un pequeño montaje veraniego.

Si a Ocean's Twelve se sumaron las actuaciones de Catherine Zeta-Jones, Vincent Cassel y un breve cameo de Bruce Willis, en esta nueva entrega Al Pacino viene a tomar los lugares vacíos dejados, aunque sin empeñarse demasiado en la actuación.

Así bien, la cinta nos presenta a un inescrupuloso empresario, Willy Bank (Pacino), quien traiciona a uno de los amigos de Danny Ocean (Clooney), causándole además un infarto que lo condena a una cama durante semanas. El resto de los miembros originales de la banda de Ocean deciden tomar venganza, pero esta vez no buscarán concretar un enorme robo, sino que intentarán destruir a Bank en la noche de su mayor triunfo, durante la apertura de su nuevo casino.

Como ya había sucedido con la segunda parte, se hace innecesario presentar uno a uno a los personajes y el rol que juegan en la historia, de modo que la mayoría de ellos se desdibuja irremediablemente hasta jugar un papel menos que secundario.

Con todo el peso depositado en Clooney, Pacino, Brad Pitt y Matt Damon, la película se torna pesada ante la falta de imaginación de un guion que lejos de ofrecer el juego de ingenios que suele acompañar a las cintas sobre grandes estafas, se inventa computadoras con raciocinio y excavadoras monumentales que trabajan bajo el suelo de Las Vegas sin que nadie lo advierta.

Consciente de la fragilidad del argumento, Soderbergh elabora una intrincada explicación de cómo los once de Ocean intentarán vencer el blindaje puesto por Willy Bank, con la única intención de hacer sentir perdido al espectador y hacerle creer que está ante algo más inteligente de lo que en realidad es. Lo mejor es no perder tiempo tratando de inteligir las explicaciones. No vale la pena.

Al inicio de este texto me atreví a comentar que Ahora son trece debe ser considerado un pecado menor de Steven Soderbergh, en relación con otros proyectos, lo cual es cierto. Sin embargo, también comete una falta imperdonable: filmar sin ningún entusiasmo. Aun cuando se trate de una gran reunión de amigos, nadie debería permitirse tal desdén.

 
 
 

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