Héctor Campio López | @campiolopez

Hay dos hechos desafortunados en el estreno de The Hurt Locker en México. El primero, que la distribuidora haya nombrado el filme como si se tratara de una película de zombies, y la segunda, que haya llegado justo después de que se conoció su nominación a nueve premios Oscar (lo cual, por supuesto le funciona como estrategia de mercadeo al inicio, pero le acarreará sus respectivos reclamos cuando el público descubra un producto sobrevalorado).

¿De qué se trata Zona de miedo? En pocas palabras, de un soldado del ejército de Estados Unidos especialista en desactivar bombas, que realiza este trabajo en el contexto de la actual guerra de Irak. Hay abundante suspenso en la narración de cada una de sus misiones, la cámara se acerca tanto al protagonista que casi es posible percibir la adrenalina y nos preparamos continuamente para una explosión que le vuele las manos y salpique la pantalla con sus pedazos. Esto, por supuesto, nunca sucede.

La secuencia de James (que es como se apellida el protagonista interpretado por Jeremy Renner) desactivando bombas, se repite con algunas variantes un par de veces, luego de las cuales lo vemos recorriendo el desierto en compañía de sus camaradas, tratando de llevar la paz a los iraquíes. Éstos, en lugar de agradecerlo, les miran desde sus balcones con cara de sospecha, y los niños les lanzan piedras.

La Zona de miedo se puede convertir en zona de sueño si espera encontrar las explosiones de otras cintas bélicas. Sépalo mejor usted: miedo no es lo mismo que suspenso, ni éste es lo mismo que acción.

La característica que hace a James especial es su habilidad y temeridad para la guerra. También su arrogancia. En una ocasión se quita el traje antimbombas para que no le estorbe. Sus compañeros de escuadrón parecen no compartir su pasión por el trabajo y esto los lleva a pensar (equivocadamente, claro está) que es un irresponsable.

Esa mirada sobre lo que es el valor y el heroísmo en la guerra perdura durante toda la película. Parecería una historia con siniestros objetivos motivacionales, si no fuera porque no vemos a un presidente recitando arengas patrioticas y porque la excelente interpretación de Renner en el papel de James nos distrae del discurso ideológico.

Sin embargo, más allá de la audaz cámara en mano, las actuaciones y el suspenso, no hay una distinción notable de esta película respecto de otras cintas bélicas. Para qué enumerar. ¿O será el hecho de que la dirige una mujer y de que ésta "entendió" la guerra de una manera especial? La nominación a nueve premios de la Academia de The Hurt Locker, tiene la misma lógica que tuvo el Premio Nobel de la Paz otorgado a Barack Obama el año pasado, una legitimación mediática del neocolonialismo.