TOY STORY 3

DIRECCIÓN: Lee Unkrich
TÍTULO ORIGINAL: Toy Story 3 (2010)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Michael Arndt
MÚSICA: Randy Newman
DURACIÓN: 103 minutos
DOBLAJE ORIGINAL: Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Ned Beatty, Michael Keaton, John Ratzenberger, Wallace Shawn, Don Rickles, Blake Clark

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

La historia de Toy Story 3 se inicia unos once años después del fin de la segunda película. Andy está a punto de irse a la universidad y ha tomado la decisión de poner en el ático sus viejos juguetes de la infancia, ante la disyuntiva de donarlos o lanzarlos a la basura. No obstante, debido a una confusión, Woody, Buzz Lightyear, la vaquerita Jessie, los señores Cara de Papa y el resto de la pandilla terminan en una guardería, controlada por un oso que se comporta como un jefe de la mafia, del cual tendrán que escapar.

Lo que he tratado de describir líneas arriba de manera bastante esquemática, seguramente no hará justicia en lo absoluto al guion inteligente e ingenioso que el equipo de Pixar ha elaborado y dotado con un nuevo tono sombrío y una profundidad inusual que no habían tenido las anteriores cintas al abordar temas algo difíciles. Toy Story, como Wall-E y Up ha decidido usar un lenguaje infantil, divertido y lleno de referencias, para hablarle a un público adulto que sabe de separaciones, de soledad y de pérdida de seres queridos.

Los realizadores no sólo suman nuevos personajes al numeroso elenco, sino que les dan una historia propia y los involucran en gags que les son característicos en los juegos infantiles. Las figuras de Barbie y Ken, cuyo uso le fue negado a los realizadores por la empresa Mattel para la primera película, hace 15 años, hoy son los protagonistas de la que quizá resulte ser la mejor escena del filme. Sin sentimentalismos ni tristezas que den pie a una tonada melosa, el director Lee Unkrich se da vuelo construyendo, una tras otra, escenas de tensión y vértigo dignas de un clásico del cine de evasiones imposibles.

Si al final del filme uno se descubre conmovido y con un nudo en la garganta, se debe a que la historia en realidad le está dando una última oportunidad a su público de despedirse de los personajes con los cuales muchos crecieron. Quienes vieron Toy Story cuando tenían poco menos de diez años, hoy son mayores de edad y es posible que ya se hayan convertido en padres con responsabilidades que apenas les dejan asomarse una vez más a la nostalgia.

No todos lloran en el cine; en realidad, esta historia toca y emociona particularmente a los adultos que somos y que no nos permitimos la debilidad de mirar a la butaca de al lado, pensando que algo está mal con nosotros que no es normal sentirse así, estremecido, genuinamente emocionado, y que alguien puede notar que se nos escapó una lágrima.

 
 
 
 
       

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