THE VOW

DIRECCIÓN: Karim Amer, Jehane Noujaim
TÍTULO ORIGINAL: The Vow (2020)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Mona Eldaief, Richard Hankin, Chris Hegedus, Pedro Kos
FOTOGRAFIA: Ian Moubayed, Sam Price-Waldman, Bowie Alexander, Omar Mullick
MÚSICA: Mac Quayle
DURACIÓN: capítulos de 57 minutos

 
 
 
 
   
 
 

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Dice el doctor John Hochman, prestigiado psiquiatra estadounidense y especialista en sectas destructivas, que éstas no reclutan a sus adeptos ofreciéndoles que serán manipulados, explotados económica y sexualmente, o controlados por medio de la coerción; no les ofrecen vivir en una angustia existencial permanente, dedicando todos sus esfuerzos y su tiempo al grupo, lo que eventualmente les hará romper todo lazo con sus familias y amigos. Prometen metas nobles y amplias, una comunidad solidaria, realización individual y un propósito. 

Así es como The Vow, serie documental de HBO, muestra el modus operandi con el que Keith Raniere, líder de un oscuro grupo denominado NXIVM, atraía a personas con fama y recursos, personalidades del mundo del espectáculo y herederos de familias prominentes a sus talleres conocidos por las siglas ESP (Executive Success Programs), los cuales funcionaban mediante un esquema piramidal y, supuestamente, guiaban a la gente a romper ataduras, vencer miedos y desarrollar todo su potencial.  

Raniere, a quien sus cercanos presentaban como un hombre con coeficiente intelectual de 240 —superior al de Albert Einstein o Stephen Hawking—, generaba fascinación, pues parecía entender en forma infalible al mundo y a las personas. Su carisma provenía de un discurso vacío de superación personal y compromiso social, que en principio hablaba de ser libres, pero que se sofisticaba hasta que en determinado punto los miembros de su grupo tomaban esa libertad y se la entregaban. 

En el retrato del líder de NXIVM que los realizadores Jehane Noujaim y Karim Amer construyen capítulo a capítulo, es imposible no descubrir trazas de L. Ron Hubbard, fundador de la Cienciología, otro sociópata funcional con quien Keith Raniere tiene en común una enorme falta de integridad y gran capacidad de envolver a sus oyentes con un discurso plagado de pseudociencia que tiene como único fin quebrar aún más a personas rotas para que den todo lo que tienen. 

Gran parte del armado de la historia de The Vow parte de las experiencias de Mark Vicente —cineasta sudafricano que aportó cientos de horas de material grabado en sesiones formales e informales de la secta y en conversaciones con Raniere— y Sarah Edmondson. Ambos llegaron a puestos de alta responsabilidad dentro de la organización, así como de estructuras paralelas dentro de NXIVM, formadas por leales que hacían votos de obediencia y que entregaban, como prueba de su compromiso, cosas de enorme valor como fotografías, documentos comprometedores o confesiones vergonzosas que garantizaban su silencio y los exponían a la extorsión. 

Todo ello derivó en la creación de DOS (en latín Dominus Obsequious Sororium, o Dominant over Submissive en inglés), un grupo que decía empoderar a mujeres, pero en el cual decenas de ellas eran empujadas a despojarse de todo para “encontrar su verdadero yo” , se quebraba su autoestima y se les avergonzaba por fallar a los estándares de comportamiento que se les imponían; todo para que, en el límite de su resistencia, voluntariamente accedieran a ser marcadas como propiedad del líder y a tener sexo con él. 

Estremecedor, pero alejado de cualquier sensacionalismo; con un notable ejercicio de edición que añade ritmo, y abundante material de archivo en el que Keith Raniere desnuda su narcisismo, asumiendo que se está filmando una película sobre su gran liderazgo, The Vow no deja de lado la red de complicidad y protección que este criminal, hoy sentenciado a 120 años de prisión, tejió entre miembros de la clase empresarial y política de México, especialmente entre niños avergonzados de sus privilegios que aportaron millones de dólares al autoproclamado humanista y que incluso lo acogieron y le dieron un escondite en el país cuando en Estados Unidos se había iniciado una investigación federal en su contra. 

Al cierre del noveno episodio de la serie, Mark Vicente narra cómo su entonces mentor le hablaba de una idea para filmar una película sobre un personaje femenino con un corazón enorme que encuentra a un líder que le parece admirable, pero que va revelándose como un hombre vil que se vale de la bondad de todos para sus propios fines, y de cómo ella nunca puede sanar y no puede volver a creer en la bondad, pues queda envenenada para siempre. Irónicamente, hoy todos piensan que Raniere esbozaba el guion de una historia sobre sí mismo y su secta.

 

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