Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Hace un nudo en la garganta ver que Fernando Sariñana y su familia por fin le llaman a las cosas por su nombre y que ahora sí admiten que sus cintas son como los correos electrónicos no deseados que ofertan porquerías y que puedes enviar a la papelera sin haberte perdido de nada.

Hoy tras un escritorio de burócrata —premiado con la Dirección del Canal Once después de hacer los spots y campañas institucionales de la Presidencia de la República—, Sariñana no deja de producir películas para que sus hijos salgan en ellas, tal como Joselito Rodríguez lo hacía con sus hijos Pepito y Titina Romay. Basada en una "idea original" suya, Spam está escrita y dirigida por su sobrino Carlos Sariñana (quien aquí usa el creativo pseudónimo de Charlie Gore) y lleva en el rol principal a su hijo Sebastián (quien viene a llenar la vacante dejada por su hermana Ximena).

En la trama, Lucía (Gloria Navarro) es la versión mexicana de una estudiante de high school gringa: líder de porristas, rodeada de amigas mundanas, novia del quarterback del equipo de futbol americano, aunque buena con los chicos impopulares. Por circunstancias ligadas con el trabajo de su madre, la joven consulta un sitio web del cual recibe una de esas cadenas que te amenazan de muerte si no la reenvías a tus conocidos.

De ahí, la idea original del productor comienza a parecer un mero saqueo de detalles ya vistos en cintas como El aro o Destino final. La muerte empieza a alcanzar a los destinatarios del correo electrónico, quienes son brutalmente asesinados por algún fantasma de su pasado, y es que según se desprende de la lógica de la película, todos en algún momento de nuestra niñez o adolescencia fuimos seguramente responsables de alguna muerte.

Con la ayuda de Tobías (Sebastián Sariñana), un joven perturbado que sólo sabe de dibujar crímenes violentos, la chica se plantea llegar a la raíz del misterio y detener la maldición. Pero por supuesto, esto no sería imposible si los entes asesinos no tuvieran la cortesía de dejar todos sus datos y hasta un teléfono para encontrarlos.

El thriller paranormal que pretende ser Spam, tiene en su contra un guion que avanza sin sorpresas para terminar previsiblemente en el despeñadero, una desatrosa edición de sonido y un protagónico capaz de matar a cualquiera de aburrimiento con su frigidez interpretativa. Por supuesto, no todo es un desperdicio; los millones de pesos empeñados en el proyecto alcanzan a traducirse en un eficiente diseño de producción, mientras que Luis Gatica, Gloria Navarro y Verónica Merchant se salvan por mucho en la pobreza actoral mostrada por el resto.