ROGUE ONE: UNA HISTORIA DE STAR WARS

DIRECCIÓN: Gareth Edwards
TÍTULO ORIGINAL: Rogue One (2016)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Chris Weitz, Tony Gilroy
FOTOGRAFÍA: Greig Fraser
MÚSICA: Michael Giacchino
DURACIÓN: 133 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Concebida como un spin-off que se inserta en el canon de Star Wars, Rogue One es una competente cinta de aventuras que prescinde de importantes elementos de la saga creada por George Lucas para narrar los hechos previos al Episodio IV, los cuales giran en torno a la construcción de la Estrella de la Muerte, con la que el Imperio intenta poner de rodillas a toda la galaxia, mientras un grupo de rebeldes intenta oponérsele.

Aquí no hay lugar para sorpresas, pues el desenlace se conoce. La labor del director Gareth Edwards y sus guionistas es explicar coherentemente cómo es que se construyó la victoria de la alianza antes de que conociésemos a Luke Skywalker, Obi Wan Kenobi  y Han Solo. Ahí es donde entra Glen Erso (Mads Mikelsen), un prodigioso ingeniero quien es obligado a encargarse de la construcción del arma, aun contra sus principios y dejando atrás a su hija Jyn (Felicity Jones), quien eventualmente se unirá a un grupo de anarquistas, enemigos como todos de la tiranía galáctica.

La Alianza Rebelde no tiene la fuerza para combatir al Imperio, así que depende del trabajo de inteligencia y de la información que algunos desertores puedan darle. Ingenuamente, sus miembros piensan que el asesinato de Glen Erso es capaz de detener la construcción de esa enorme máquina de muerte, pero descubrirán que para sus fines contar con los planos de su construcción puede ser mucho más útil.

Los forajidos que intentarán llevar a cabo esta empres son la propia Jyn, un piloto desertor del imperio (Riz Ahmed), el androide K-2SO que juega un papel similar al de C3PO, Chirrut Îmwe (Donnie Yen), un monje sabio y poderoso, conocedor de la fuerza, además del capitán Cassian Andor (Diego Luna) a quien debería habérsele asignado el papel de outsider, como Han Solo, pero al que el guion le queda a deber en carisma y profundidad.

La cinta no carece de acción, de combates de naves rebeldes y cazas imperiales apoyados por los destructores estelares, pero en realidad son dos los personajes que vinculan esta trama con la de 1977: Moff Tarkin (el actor británico Peter Cushing fallecido en 1994 pero que es recreado digitalmente con gran fidelidad ) y Darth Vader, quien pese a tener unas cuantas secuencias, muestra el lado oscuro por el que tanto se le temía.

Pese a convertirse en el perfecto puente con la trilogía original y ser probablemente la precuela más pareja en su conducción y en su dirección de actores, a muchos les costará considerar a Rogue One dentro de la continuidad de este universo debido a la ausencia del texto que abre las películas de Star Wars mientras se escucha la partitura de John Williams y a la aparente extinción de los Jedis.

Pese a sus defectos, Gareth Edwards se encarga de que su cinta tenga alma y que La Fuerza vuelva a significar más que bondad y maldad.

 
 
 
 
       

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