Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Derivativa, deudora de otras películas como Hombres de Negro (Barry Sonnenfeld, 1997) e inspirada en una historieta de Peter M. Lenkov, R.I.P.D.: Policía del más allá es una comedia de aventuras, que con todo y su apariencia de material de segunda mano, es más entretenida que lo que indica su estrepitoso fracaso en taquilla.

Ubicada en Boston, la historia comienza con la muerte de Nick (Ryan Reynolds), un agente policiaco, quien es obligado a unirse a la Policía del Más Allá a cambio de que le sean dispensados sus pecados del pasado. Sin embargo, es asignado a trabajar en pareja con Roy (Jeff Bridges), un duro sheriff del siglo diecinueve con quien deberá llevar ante la justicia a varios peligrosos criminales muertos que se esconden entre los vivos, disfrazados de personas comunes y corrientes, para intentar librarse del juicio final.

El director Robert Schwentke elabora una buddy movie sobrenatural con sentido del humor. Tiroteos y explosiones se mezclan con los destrozos provocados por seres monstruosos insertados en la acción mediante animación digital en general muy bien lograda; hay además un villano que personifica el infalible Kevin Bacon. Desafortunadamente, fuera de algún recurso ingenioso (como el aspécto que tienen Nick y Roy para el resto del mundo), la cinta no logra diferenciarse de otras comedias de espías y policías que usan la fórmula de la pareja dispareja.

El pecado de este proyecto, en todo caso, es no buscar una identidad propia. El giro argumental que debería de hacer de las premisas de esta película algo totalmente distinto a las rutinas de Tommy Lee Jones y Will Smith en Men in Black es meramente cosmético, pues se limita a sustituir a los seres de otros mundos con seres del otro mundo. Pese a todo, gracias a su elenco y a algunas virtudes del departamento de efectos especiales, esta comedia alcanza a ser divertida.