LOS PEQUEÑOS FOCKER

DIRECCIÓN: Paul Weitz
TÍTULO ORIGINAL: Little Fockers (2010)
PAÍS: Estdos Unidos
GUION: Larry Stuckey, John Hamburg
FOTOGRAFIA: Remi Adefarasin
MÚSICA: Stephen Trask
DURACIÓN: 98 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Con el título de Los pequeños Focker, uno pensaría que la nueva secuela de La familia de mi novia (Jay Roach, 2000) se enfocaría en contar cómo el matrimonio de Greg Focker (Ben Stiller) y su esposa Pam (Teri Polo) se adaptan a su nuevo rol de padres.

Sin embargo, la cinta de Paul Weitz se limita a repetir la rutina cómica de las dos entregas anteriores; bromas recurrentes del apellido del protagonista, abundante comedia física de éste mientras intenta conquistar la confianza de su suegro (Robert De Niro), además de humor escatológico y chistes sexuales relacionados con la disfunción erectil.

La trama se agota, otra vez, en colocar a Stiller en la situación más embarazosa posible, de modo que cada movimiento suyo para solucionar un problema detone un enredo que, por ejemplo, ponga en duda su orientación sexual o genere algunas sospechas de adulterio para que al final todo se resuelva y se diluya en un cálido mensaje sobre la confianza y el valor de la familia.

Con excepción de Owen Wilson, quien saca la mejor parte entre los integrantes de un reparto que trabaja por instinto —pues el guion y la dirección son casi inexistentes—, el resto luce desperdiciado. Los papeles de Blythe Danner, Barbra Streisand, Teri Polo o Harvey Keitel son poco menos que presenciales, y ni qué decir de Dustin Hoffman, quien fue contratado e incluido en algunas escenas cuando la película se encontraba ya terminada.

Al final, la inclusión de dos pequeños actores en el elenco y el título del filme no son sino un pretexto para darle vida extra a una serie cuya trama estaba agotada hace tiempo. Entretenimiento inofensivo de ese que arde rápido.

 
 
 
       

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