UNA NOCHE EN EL MUSEO

DIRECCIÓN: Shawn Levy
TÍTULO ORIGINAL: Night at the Museum (2006)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Robert Ben Garant, Thomas Lennon, basados en el libro de Milan Trenc
FOTOGRAFÍA: Guillermo Navarro
MÚSICA: Alan Silvestri
DURACIÓN: 108 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Sin ninguna otra pretensión que la de una tarde de entretenimiento, Una noche en el museo cumple sobradamente como una comedia que busca poner un poco de color en la cartelera, convirtiéndose exactamente en el producto que muchos suelen buscar en los días de tedio posteriores a la Nochebuena.

Sin tener que recetarnos la enésima versión del padre de familia que suple a Santa Claus el día de Navidad —aunque sin rehuir por completo a los clichés de los filmes familiares—, el director Shawn Levy ofrece una entretenida cinta de aventuras en la que los efectos especiales cumplen una función importantísima, pero en la que no pasa inadvertido el importante grupo de actores que no pueden parecer sino un poco desperdiciado para un filme de poco alcance.

La trama se centra en Larry Daley (Ben Stiller), un inventor divorciado, con muy poco éxito, que tiene que lidiar con el hecho de que su hijo comience a ver en la nueva pareja de su madre un modelo a seguir. Obligado a conseguir un trabajo estable para no verse enfrentado con su exesposa y no perder la custodia de tiempo parcial de su hijo, Daley acepta el puesto de guardia nocturno en el Museo de Historia Natural de Nueva York, donde la primera instrucción que recibe es no dejar entrar ni salir a nadie.

Hábil para filmar comedia física e involucrar en la acción a un numeroso elenco (Más barato por docena, La Pantera Rosa), Levy organiza un caos monumental en las numerosas salas del museo. Gracias a un extraño hechizo, los pasillos son tomados por figuras célebres de la historia, animales salvajes, un esqueleto de Tiranosaurio y una multitud de pequeños romanos y vaqueros que pueblan las maquetas del lugar.

Así, el resultado es una mezcla de películas de aventuras infantiles como Jumanji (Joe Johnston, 1995), La llave mágica (Frank Oz, 1995) y Zhatura (Jon Favreau, 2005), llena de persecuciones y enormes destrozos.

Sin ser exactamente original, Una noche en el museo funciona como buen entretenimiento, prescindiendo casi en lo absoluto de cualquier subtrama romántica, aunque sin desarrollar todo su potencial. Habría que aceptar que pese a que la premisa en que se basa se antoja interesante, el guion exige poco en lo actoral, incluso al mismo Stiller.

Con todo, hay que decir que hasta las boberías tienen gracia. El protagonista se enfrasca durante buena parte de la cinta en un "duelo de inteligencia" con un mono capuchino que lo humilla ante todos, mientras el personaje más sensato del museo, una figura de cera del expresidente Theodore Roosevelt (Robin Williams), lo cuestiona sobre la inconveniencia de reñir con un ser menos evolucionado que él.

Finalmente, está el mensaje positivo tras la película; el hacer de un museo un lugar lleno de vida y mostrar la ventaja que puede sacarse de estudiar historia. Personalmente, me quedo con la parte del entretenimiento, sobre todo cuando las fiestas parecen haber sumido la ciudad en un letargo.

 
 
 
 

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