NAVIDAD S.A.

DIRECCIÓN: Fernando Rovzar
TÍTULO ORIGINAL: Navidad S.A. (2008)
PAÍS: México
GUION: Fernando Rovzar
FOTOGRAFÍA: Alejandro Martínez
MÚSICA: David Lawrence
DURACIÓN: 110 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Ya teníamos bastante con que Hollywood nos recetara año tras año cintas derivativas sobre niños que dejan de creer en Santa Claus o aventuras sobre gente que trata de "salvar la Navidad", para que ahora se produzca en el país este cine hipócrita que aburre con su discursillo anticonsumismo, para luego recordarnos que la Navidad es una marca registrada de The Coca-Cola Company.

Hecha en la fábrica de los hermanos Billy y Fernando Rovzar, con un despliegue notable de recursos, la película acusa una pobreza argumental tan evidente, un desarrollo tan plano y un desenlace tan pretendidamente emotivo y bonito, que no hay forma de verla más que como una desafortunada pérdida de tiempo.

La idea es que mientras Santa Claus (Pedro Armendáriz Jr.) prepara su entrega anual de juguetes, uno de sus duendes, Tito (Mauricio Barrientos), le advierte sobre cómo las grandes corporaciones están extinguiendo el espíritu navideño al mercantilizarlo todo. Su propuesta es combatirlas en su mismo terreno y con sus mismas tácticas de marketing, pero la idea es rechazada. Molesto con el menosprecio a sus advertencias, el duende decide abandonar el Polo Norte para mostrarle al gordo de rojo su equivocación.

Un año después, cosa extraordinaria, resulta que en el mundo no existen más niños que crean en Santa Claus, excepto dos hermanitos mexicanos, en cuyo mundo parecen haber sido erradicados esos tres menesterosos que solían dejarle juguetes a los niños el 6 de enero. No obstante, el problema más grave no parece ser la falta de clientela, sino que esta falta de credulidad amenaza con derretir el Polo Norte.

Uno puede suponer que detrás de esta relación entre calentamiento global y fe se esconde algún discurso ecológico, que a través de sus personajes el director y guionista intenta decir algo sobre la pérdida de la inocencia o que en definitiva se trata de otro manifiesto contra esa tendencia empresarial de ver la Navidad sólo como una gran oportunidad para colocar y vender nuevos productos a un público acrítico y consumidor. Para ser justos, cuando uno repara en ello la película ya no va a ningún lado.

Y es que los Rovzar —hay que decirlo— pueden estar en el negocio, pero no son cineastas; son esencialmente comerciantes que saben hacer buen dinero reproduciendo fórmulas exitosas. De ahí que no vayan a sacar otra cosa de Navidad S.A. que no sea dinero.

Digo, de otra forma me parecería inescrupuloso que después de dos horas de ver tanta nobleza y ese desfile de sentimientos bonitos acerca de las épocas decembrinas, nos pusieran en pantalla un anuncio enorme de Santa Claus vendiendo Coca-Cola. Después de los 20 minutos de anuncios que nos recetan en los cines mexicanos antes de cada función, sería el colmo de la mezquindad.

 
 
 
 
 

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