NACO ES CHIDO

DIRECCIÓN: Sergio Arau
TÍTULO ORIGINAL: Naco es chido (2009)
PAÍS: México
GUION: Sergio Arau, Armando Vega-Gil, Tihuí Arau, Francisco Barrios
FOTOGRAFIA: Gerardo Barroso
MÚSICA: Botellita de Jerez, Molotov, Café Tacuba y varios más
DURACIÓN: 90 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Naco es chido, el falso documental sobre Botellita de Jerez estrenado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara de este año, tiene cerca de 30 minutos de material de archivo sumamente rescatables. El resto es indigno hasta de la peor televisión; sin gracia, pueril, improvisado, aburrido. Es paradójico, pero después de advertir el potencial que se escondía tras la idea original, uno termina deseando que se lo hubieran tomado más en serio.

La historia comienza con el hallazgo de un supuesto disco perdido de los botellos, quienes llevan años separados, sin que se sepa de ellos. Una compañía disquera, Mexican Records, se propone encontrarlos con el fin de lanzar la grabación y reunirlos para un concierto, pero esto no hará más que sacar a la luz un complot internacional en el que están involucrados Vicente Fox, Carlos Salinas y Osama Bin Laden.

El humor es de lo más elemental y honra muy poco el tono ocurrente, desmadroso y transgresor que caracterizaba al grupo. Como alguien decía hace poco, las canciones de Botellita de Jerez no eran otra cosa que historias mínimas contadas de manera muy ingeniosa en rocanroles de tres minutos. La verdad es que si uno no abandona la sala pasados algunos minutos, se debe a que en medio de la comedia vergonzosa hay intercalados testimonios, material fotográfico y de video que valen mucho la pena.

Los segmentos reales del documental son de veras entretenidos, las anécdotas, las opiniones de Armando Manzanero, Lalo Tex, Lourdes Grobet, Laura Esquivel y otros músicos de bandas como Café Tacuba, Molotov o Los de Abajo. Sin embargo, hay una secuencia de unos pocos minutos que vale toda la película; se trata de un segmento de un viejo programa de Televisa llamado Estrellas de los 80's, en el que los entonces jóvenes Sergio Arau, Armando Vega-Gil y El Mastuerzo son fustigados por una periodista de espectáculos llamada Shanik Berman, mientras el público los ovaciona.

Desafortunadamente, en el balance, Naco es chido resulta casi una tortura de hora y media. El ingenio escasea y la capacidad de los botellos de reírse de sí mismos no alcanza para mostrar sus apariciones tocando guaca-rock en programas como Cachún Cachún Ra Ra o entrándole a las baladitas cumbieras en las telenovelas de Televisa durante los años noventa. Me parece perfectamente legítimo que no se tomen en serio, porque de ahí ha salido lo mejor de su trabajo musical; pero su película la verdad es más bien pobre y creo que pocos dedicarán tanto tiempo para hablar de ella.

 
 
 
 
       

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