METEORO

DIRECCIÓN: Andy Wachowski, Larry Wachowski
TÍTULO ORIGINAL: Speed Racer (2008)
PAÍS: Estados Unidos, Australia, Alemania
GUION: Andy y Larry Wachowski; basado en la serie de dibujos animados creada por Tatsuo Yoshida
FOTOGRAFÍA: David Tattersall
MÚSICA: Michael Giacchino
DURACIÓN: 135 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Andy y Larry Wachowski no sólo pertenecen a esa generación que a finales de los años sesenta se enganchó con los capítulos de Meteoro; la idea de llevar a la pantalla grande una serie de televisión que empezó a exigirle más la caja de velocidades de los dibujos animados, debe haber sido considerado un reto en sí mismo.

Al fin y al cabo creadores de Matrix, los Wachowski elaboran una cinta hiperkinética, recargada de brillo, de color y de efectos especiales, irrestistible —como un dispensador de M&M's o un algodón de azucar— para el público infantil y los incondicionales de la animación japonesa.

Mientras eso de comer con los ojos le llene a uno, Meteoro podrá entretener tanto como dos horas frente a un videojuego. Su trama es inofensiva, muy poco compleja, pero adecuada para un filme que lo único que se propone es montar un demencial combate de kung fu sobre autos de carreras, mientras éstos compiten en pistas que asemejan a una montaña rusa y recorridos que desafían las leyes de la física.

Meteoro (Emile Hirsch) es un joven y talentoso piloto, hermano de una leyenda del automovilismo, muerto unos años atrás en un accidente. El conflicto —si hubiera que ubicarlo con más detalle— sobreviene cuando el millonario dueño de una industria automotriz busca fichar al muchacho como uno de sus corredores, pero éste prefiere permanecer dentro de las filas de la empresa cuya alma son sus padres (John Goodman y Susan Sarandon).

Aun a bordo de su poderoso Mach 5, Meteoro es víctima de la falta de ética con la que las grandes empresas se conducen, al grado de pretender ser los dueños de las habilidades de sus pilotos, seduciéndolos con glamour y reduciendo la pasión del automovilismo deportivo a un departamento más de sus millonarias industrias.

La cinta de los Wachowski tiene exactamente el mismo problema que sus personajes: cómo hacer un buen homenaje y transmitir el cariño por una vieja serie sin ceder al mercenario impulso de subordinar todo a las ganancias comerciales. Y es que si de algo carece Meteoro es de humanidad. Fuera del grupo principal de actores —los cuales cumplen bien y con dignidad su trabajo—, el resto es un desfile de vehículos, escenarios contrastantes y recursos visuales, todos generados por computadora.

La idea de tener a un elenco trabajando todo el tiempo sobre una pantalla verde y que toda la acción, los escenarios y los fuegos pirotécnicos sean obra de la magia visual en la postproducción, explica por qué este filme puede causar la inflamación del nervio óptico, pero es incapaz de lograr dejar marca en la memoria.

 
 
 
 
  

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