MÁS ALLÁ DE LA VIDA

DIRECCIÓN: Clint Eastwood
TÍTULO ORIGINAL: Hereafter (2010)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Peter Morgan
FOTOGRAFÍA: Tom Stern
MÚSICA: Clint Eastwood
DURACIÓN: 129 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Tres historias paralelas tienen lugar en puntos distantes del planeta; en cada una de ellas, los personajes intentan resignificar su vida tras tener algún contacto cercano con la muerte. Sin embargo, el gran protagonista de este relato, George Lonegan (Matt Damon), tiene el don (o quizá la desgracia) de poder hacer contacto con el más allá y ser puente entre los vivos y los muertos.

Lonegan no es un vividor de la espiritualidad, ni la suya es una historia de fantasmas. Por el contrario. Cada una de las experiencias, cada uno de los contactos que logra establecer con ese otro mundo, revela algo más profundo de las personas que acuden a él: su incapacidad para seguir solos, paralizados por el dolor, o una necesidad de simplemente saber que todo va a ir bien. Simple humanidad.

Si bien involucra a sus personajes en eventos globales como el tsunami que devastó el sureste asiático o los atentados en el metro de Londres, el veterano Clint Eastwood narra cada situación con increíble elegancia, sin necesidad de emplear recursos que hagan de lo sobrenatural una obviedad, pero además con suficiente respeto por el público para no intentar esconder un mensaje didáctico ni una convicción personal sobre el más allá.

Más que elaborar ideas de corte teológico sobre un paraíso o un lugar de descanso eterno, Eastwood prefiere centrarse en hablar del dolor incapacitante de la pérdida, como lo hace en la historia de los gemelos (Frankie y George McLaren), uno de los cuales muere trágicamente en un incidente de tránsito, o bien del empujón vital que experimentan otros, como la periodista francesa (Cécile De France), convencida de haber experimentado la muerte.

"Una vida que gira en torno a la muerte, no es vida", dice uno de los personajes de este tríptico. Y así es. Más allá de la vida alcanza momentos genuinamente emotivos cuando la cámara se queda quieta, mirando los rostros de los actores descomponiéndose y quebrándose mientras asimilan la tragedia personal que les ha tocado viivir. Sin importar las concesiones que el director decide hacer al espectador, cediendo a un final idealizado, la elegancia del filme y la sobriedad de su realizador hacen que todo valga la pena.

 
 
 
 
       

CANAL RSS
YOUTUBE
CONTÁCTANOS


DISTRITO CINE. Los contenidos de este sitio están sujetos a una licencia Creative Commons 2.5, con excepción del material (fotos, imágenes, videos) procedente de terceros.