EL LUCHADOR

DIRECCIÓN: Ron Howard
TÍTULO ORIGINAL: Cinderella Man (2005)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Cliff Hollingsworth, Akiva Goldsman
FOTOGRAFÍA: Salvatore Totino
MÚSICA: Thomas Newman
DURACIÓN: 144 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

El luchador (Cinderella Man), el más reciente trabajo de Ron Howard, es una estupenda narración de una época ida -antes de que a cualquiera se le ocurriera que el deporte sería secuestrado por HBO y Primetime- en la que el boxeo era el deporte del cual los desposeídos y los desdichados hacían salir a sus héroes, anónimos estibadores, para volver a ellos como emblema del esfuerzo.

Durante la Gran Depresión de los años treinta en Estados Unidos, un brillante boxeador, Jim Braddock, se vio obligado —como millones— a abandonar el boxeo tras una mala racha y a aceptar cualquier tipo de trabajo para mantener a su familia. En 1933, gracias a una cancelación de último momento, Braddock subió a una pelea contra el segundo clasificado del mundo, a quien venció en el tercer round.

De pronto, este hombre conocido como el Hombre Cenicienta estaba de nuevo en los cuadriláteros, viviendo la gracia de una nueva oportunidad que lo llevó a disputar el campeonato a Max Baer, conocido por matar a dos atletas en el ring y vencer en él a otro asesino como Primo Carnera.

La historia de Cenicienta Braddock es conocida; no hay ningún final de último minuto que no conozcamos o que nos pueda sorprender. Sin embargo, El luchador es una cinta emotiva que si bien se centra en la vida del atleta, es particularmente detallista en el drama de millones que tras el crack de la Bolsa de Valores perdieron su trabajo y su casa.

Justamente, Braddock y su esposa Mae (espléndidamente interpretados por el malhumorado actor neozelandés Russell Crowe y la británica Renée Zellweger) son la representación de la catástrofe financiera llevada a los hogares hambrientos en los que los niños se ven orillados a robar para dar de comer a la familia y los padres a pedir limosna para conservar el techo.

Decía Borges que un acto heroico de un hombre hace heroicos a todos los hombres. Braddock fue una inspiración; se puso de pie en un país en el que sólo se podía vivir hincado. Recibió una oportunidad providencial cuando su carrera había quedado atrás, a cambio de unos dólares para llevar comida caliente a su casa. Con las apuestas 10 a 1 en contra se llevó la victoria, luego otra y más tarde otra...

Quizás esta cinta de Ron Howard sea un regreso a las hagiografías en las que sólo puede verse al hombre de una sola pieza, sin fisuras, pero también es cierto que ésa es la imagen que prevaleció de Jim Braddock entre los pobres, porque qué otra cosa podían hacer los miserables, sino seguir por radio las funciones de boxeo y escuchar que uno de los suyos subía a la lona.

Russell Crowe es un gran actor, sin ninguna duda, y su trabajo en El luchador le da pleno significado a un título que parecía tan fuera de lugar. Asimismo, no obstante ocupar un rol secundario, Paul Giamatti, quien juega el papel de Joe Gould, amigo, representante y manejador de Braddock, es brillantísimo.

Durante años, las nuevas generaciones sólo supimos de Rocky como el tipo que salió de un barrio anónimo para convertirse en el gran milagro de la voluntad humana y que emocionó a un país que trataba de salir del horror de Vietnam. Rocky Balboa, sin embargo, fue una ficción. Cinderella man es un poco más que aquello.

 
 
 
 

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