JUEGO DE TRAICIONES

DIRECCIÓN: Doug Liman
TÍTULO ORIGINAL: Fair Game (2010)
PAÍS: Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos
GUION: John-Henry Butterworth, Jez Butterworth; basado en los libros The politics of Truth, de Joseph Wilson, y Fair game, de Valerie Plame
FOTOGRAFIA: Doug Liman
MÚSICA: John Powell
DURACIÓN: 108 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Ubicada en el ala demócrata del espectro político, Juego de traiciones es una nueva aproximación al escándalo sobre las falsas pruebas en las que se habría basado la administración Bush para iniciar la guerra contra Irak, a partir de una historia real que sin embargo no encuentra equilibrio entre intriga política y el drama personal que enfrentan sus protagonistas.

La trama se ocupa del célebre Caso Plame, llamado así por Valerie Plame (Naomi Watts), una agente de la CIA asignada a varias operaciones en Medio Oriente que tenían como fin confirmar la supuesta existencia de un programa nuclear en Irak. Como parte de esa historia, su marido, el ex embajador Joseph C. Wilson (Sean Penn) fue enviado a Níger a verificar la supuesta compra de uranio por parte del régimen de Sadam Husein.

Sin una evidencia sólida de que los iraquíes trabajaran en el desarrollo de armas de destrución masiva (excepto la compra de tubos de aluminio), George W. Bush justificó la necesidad de una incursión armada. Wilson decidió entonces escribir un texto para The New York Times en el que expuso los resultados de su viaje a Níger y la evidente manipulación de información para atacar Irak.

La cinta de Doug Liman se enfoca en mostrar el juego sucio empleado por los burócratas de Washington para desacreditar y escarmentar a los opositores a su estrategia belicista y la revelación de datos considerados de seguridad nacional con el único fin de restar credibilidad a sus críticos.

Antes director de The Bourne Identity y de los anuncios televisivos de la campaña presidencial de Barack Obama en 2008, Liman inyecta dinamismo a la primera mitad del filme, llevando a sus personajes a locaciones en el exterior para mostrar las actividades de espionaje desarrolladas por Plame, mientras que dentro de los límites de Estados Unidos tienen lugar las escenas en las que realmente se teje el discurso político.

Es también ahí donde la cinta se parte y la denuncia sobre el fariseísmo del gobierno republicano se pretende punto de ruptura entre la pareja interpretada por Naomi Watts y Sean Penn. El conflicto da paso entonces a un blando melodrama que hace caer el ritmo de una historia que junto con piezas como Leones por corderos o Red de mentiras (estas dos últimas desde la ficción) aporta un punto de vista crítico al debate sobre las decisiones tomadas por el gobierno estadounidense en años recientes.

 
 
 
 
 
       

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