IRREVERSIBLE

DIRECCIÓN: Gaspar Noé
TÍTULO ORIGINAL: Irreversible (2002)
PAÍS: Francia
GUION: Gaspar Noé
FOTOGRAFIA: Gaspar Noé, Benoit Debie
MÚSICA: Thomas Bangalter
DURACIÓN: 97 minutos

 
       

Miguel Bastida L.

Dicen que los seres humanos no sabemos de lo que somos capaces hasta que las circunstancias nos dan la oportunidad de probarlo. Irreversible, es un relato experimental, violento por la intención primaria de las tomas y secuencias en espiral de Gaspar Noé, y en segundo plano, por su intención final de hacernos descender, junto con sus personajes hasta tocar las puertas del infierno de su yo interno.

Una trama que se sostiene con alfileres, termina siendo rescatada por la tripleta de ya reconocidos actores que dotan de verosimilitud y dignifican el guion de Noé, además del recurso narrativo-cronológico invertido, que termina por grabar en cincelar la filosofía del autor y sus protagonistas: "El tiempo lo destruye todo".

Alex (Mónica Belucci) es la pareja actual de Marcus (Vincent Cassel). Pierre (Albert Dupontel), exnovio de Alex, no se resigna a perderla, por lo que la sigue buscando y en esta ocasión saldrá con ellos a una fiesta.

Ya en la reunión, Marcus decide conseguirle pareja y diversión a Pierre, quien se la pasa recriminándole su poca atención a Alex, sus flirteos y afición por las drogas. Claro, Pierre sigue sin quitar el dedo del renglón con su expareja, pues insiste en regresar y sigue sin entender cómo lo pudo cambiar por un sujeto como Marcus. Harta de esta situación, Alex decide irse sola a casa sin saber que será atacada sexualmente de manera brutal en un pasaje subterráneo por un vividor de la prostitución parisina de nombre Le teniá.

Si el tiempo lo destruye todo, entonces todo está permitido. A partir de este momento Marcus y Pierre tendrán la oportunidad de probar el cáliz de vidrio molido que les comparte la copa del director argentino Gaspar Noé, para descender igual que el mítico Virgilio a las entrañas de la sordidez nocturna: el Rectum —un antro gay— en busca de uno de los mayores placeres que los dioses le otorgan al ser humano: la venganza.

Si el tiempo lo destruye todo, como afirma en la primer escena Philippe, quien viola a su propia hija en la ópera prima del mismo realizador, Solo contra todos (1998), entonces, Irreversible sigue siendo un fallido intento por sepultar el pasado y al mismo tiempo una perversa secuencia que profetiza tragedia e infelicidad.

Si bien esta película que, debido a sus excesivos efectos provocó en algunas salas que el público saliera durante los primeros minutos de proyección y que casi fuera marginada del festival de Cannes 2002, además de generar un gran morbo por la violación en pantalla de la hermosa Mónica Belucci (quien en esos días ya era pareja en la vida real de Vincent Cassel), merece una segunda oportunidad.

 
 
 
 
  
       

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