HARRY POTTER Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE

DIRECCIÓN: David Yates
TÍTULO ORIGINAL: Harry Potter and the Half-Blood Prince (2009)
PAÍS: Reino Unido, Estados Unidos
GUION: Steve Kloves; basado en la novela de J.K. Rowling
FOTOGRAFÍA: Bruno Delbonnel
MÚSICA: Nicholas Hooper
DURACIÓN: 153 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

La sexta entrega de la saga de Harry Potter dejará contento a su público más incondicional. A diferencia de las dos cintas que le antecedieron, la trama es menos oscura y trágica; la atención en general está puesta en elementos más amables como las inseguridades juveniles y los nacientes amores entre los estudiantes de Hogwarts. Sin embargo, la parte fundamental de la historia, la batalla contra Voldemort y sus oscuros seguidores queda prácticamente relegada a los últimos 40 minutos de la película y a breves momentos sembrados a lo largo de todo el montaje.

Basado en ello, podría decirse que este episodio gira en torno a cómo Dumbledore (Michael Gambon) prepara a Harry Potter (Daniel Radcliffe) para ese reto decisivo, pero también cómo ambos intentan desmontar el plan de Voldemort y descubrir las debilidades que podrían ocasionar su caída. El resultado, sin embargo, queda reservado para para las últimas dos películas, pues el libro Harry Potter y las Reliquias de la muerte se filmará en dos partes para prolongar y capitalizar lo más posible el fenómeno.

Es un hecho que el efectismo infantil ha quedado atrás. Ni criaturas fantásticas ni lugares u objetos vivientes; la magia aquí es intangible y adopta la forma de supuestas pociones de amor y fórmulas para la suerte que, llegado el momento, cumplen su modesta función en una trama que esta vez permite un mayor involucramiento de todo el grupo de actores y descarga a Daniel Radcliffe de llevar todo el peso de la película.

Es fácil localizar las dos grandes debilidades de Harry Potter y el misterio del príncipe. Por un lado, la pieza pierde sentido como obra individual; sin el contexto, ni los antecedentes de capítulos anteriores, me temo que el conflicto podría ser incomprensible para muchos. Por el otro, durante su desarrollo no se explica con suficiencia la identidad o el rol que juega globalmente en la historia el llamado príncipe mestizo que da origen al título de la novela y a este filme en particular.

Hay que reconocer que en conjunto la película resulta muy disfrutable, las distintas subtramas que la componen guardan coherencia entre unas y otras y hay un buen equilibrio entre la comedia y las partes más duras del relato. Sin embargo, queda la impresión, cuando ha transcurrido más de la mitad del largometraje, que buena parte de lo que se ha mirado en pantalla es relleno; desde la anterior entrega la historia no avanza, no da pasos reales hacia delante.

Los elementos más trágicos, relacionados con la muerte de personajes importantes de la saga sirven para aumentar el entusiasmo por lo que ha de venir y no como punto climático de la cinta que estamos viendo. En ese sentido, tanto El misterio del príncipe como La Orden del Fénix abusan de la buena fe de la gente, prolongando la resolución de puntos importantes, pero al mismo tiempo despertando curiosidad hasta entre aquellos que nunca han leído uno de los libros de J.K. Rowling.

 
 
 
 
       

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