Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Hace 14 años, Robert De Niro y Al Pacino protagonizaron una cinta de casi tres horas en la que el director Michael Mann los reunió para una sola escena. Nunca, fuera de ese breve diálogo en Heat (Fuego contra fuego, por su título en español) compartieron escena, de modo que si volvían a aparecer juntos debía valer la pena. Desgraciadamente, Frente a frente es un fallido y predecible thriller policiaco que busca crear una intriga sobre la base de ciertas pistas falsas.

Tom Cowan (De Niro) y David Fisk (Pacino) son dos veteranos policías a punto del retiro, a la caza de un asesino serial que deja tras de sí poemas en los que explica el porqué de cada uno de sus crímenes. Extrañamente, las víctimas son delincuentes a quienes ambos llevaron a juicio en el pasado y a los cuales el sistema de justicia liberó. Pero es justamente el director, Jon Avnet, quien falla al intentar establecer una duda razonable sobre la identidad del criminal. De entrada, ver a De Niro hablando frente a una cámara durante un interrogatorio y aceptando la responsabilidad de los asesinatos, anticipa un final predeciblemente distinto a lo que indica la confesión.

La edad y la experiencia de ambos actores exigía mucho más del proyecto. La cinta carece de diálogos enérgicos, los enfrentamientos no sacuden ni tensan la historia. Falta, pues, tragedia tanto como fuerza en un relato cuyo tono se torna a la larga cansino. El problema no radica en que la película no sea totalmente original en su fondo; Insomnia (Christopher Nolan, 2002) o la misma Heat no lo eran, pero al menos sorprendían con un guion inteligente, respaldado por buenas actuaciones. Ambos filmes crecían merced al duelo antagónico de sus protagonistas más que a la acumulación de minutos de éstos en pantalla.

"Son como Lennon y McCartney", se escucha decir a alguien acerca de la pareja, mientras se ve a los veteranos contestar alternadamente a un interrogatorio de Asuntos Internos. Sin embargo, Frente a frente está lejos de ser el Abbey Road o The White Album de Pacino y De Niro. Este trabajo no honra la trayectoria de ninguno de los actores y, por el contrario, ha animado comparaciones con trabajos menores en los que participaron antes, como 88 minutos, la anterior cinta de Jon Avnet que hace poco más de medio año mereció miserables calificaciones de la crítica especializada.

Además de una notable falta de trabajo en sus personajes secundarios y en las escasas subtramas que propone —entre las que se encuentra el romance entre Cowan y la oficial jefa de servicios forenses del Departamento de Policía—, director y guionista montan una fallida secuencia-homenaje al tiroteo del aeropuerto que hace 14 años ponía final a Heat.

Parece mentira, pero al final de sus días como actores, la única escena que compartieron en aquel lejano 1995 seguirá dando más de qué hablar que cualquiera de sus diálogos en esta.