Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Nada, ni siquiera la soltura y la convicción con las que Tom Cruise representa el que probablemente sea el peor papel de su carrera, son capaces de salvar una cinta de un nivel tan elemental como Encuentro explosivo, la cual pretendía ser una simpática action comedy que integrara algo de romance e intriga en una trama de agentes secretos, pero que realmente carece de todo ingenio.

Cameron Diaz interpreta a June, un esterotipo de rubia tonta que termina involucrada por accidente con Roy Miller (Cruise), un espía que intenta proteger un poderoso artefacto de un grupo de sujetos que parecen trabajar para alguna organización criminal. Sin ninguna coherencia interna que justifique el resto de la historia, el filme se convierte en una serie de vertiginosas secuencias de acción que se desarrollan arbitrariamente en Boston, los Alpes, Austria, España o incluso una isla desierta.

La cinta no es ni siquiera un palomazo veraniego promedio. Resulta previsible en casi todos los aspectos de su historia y la trama está hilada por situaciones absurdas que se supone deben resultar hilarantes. Sin importar el carisma que puedan tener, no existe genuino rapport entre los protagonistas y el pequeño repertorio de gags se agota tan rápido que en cierto punto el filme se vuelve reiterativo y cansado.

Con 117 millones de dólares como presupuesto, el fracaso en taquilla de Encuentro explosivo encuentra su explicación en que no basta con pretextos tontos para ir de un punto a otro del planeta, sin que al menos se asuma como una parodia del género, lo cual no sucede.

Quizá lo que más haya que lamentar es la falta de ambición del director James Mangold, quien había mostrado mucho más talento en filmes como 3:10 Misión peligrosa o Walk the line. De ésta, seguramente nadie se acordará al cabo de unas semanas y con toda razón.