DRIVE

DIRECCIÓN: Nicolas Winding Refn
TÍTULO ORIGINAL: Drive (2011)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Hossein Amini; basado en la novela homónima de James Sallis
FOTOGRAFÍA: Newton Thomas Sigel
MÚSICA: Cliff Martinez
DURACIÓN: 100 minutos

 
       

Héctor Campio López | @campiolopez

Un afiche promocional engañoso anuncia en México la cinta  Drive,  del director Nicolas Winding Refn. Alguien se atrevió a escribir sobre el mencionado cartel una frase tan provocadora como embustera. “La mejor película de acción del año”, se lee sobre el perfil del actor Ryan Gosling, quien aparece retratado detrás de un volante e iluminado por los neones de la noche.

Hay por lo menos dos mentiras en aquella frase. No espere ver autos equipados con tanques de nitrógeno, ni pilotos estereotipados de alguna minoría racial. Lo que verá es el cansino drama de un hombre con un pasado oscuro, que busca redimirse a sí mismo. Pero eso se comprende durante el curso de la cinta, con el tenso silencio del personaje central.

La primera secuencia de Drive parece el brillante preludio de una historia de persecuciones criminales cargada de suspenso. Quien se haga la ilusión con ella, se decepcionará los 90 minutos restantes. Disfrútela intensamente porque es el clímax de la cinta, después de eso, la historia cae (incluso metafóricamente) como en una pesada meditación moral del personaje principal.

Ryan Gosling interpreta a un hombre que trabaja como stuntman (un doble de películas de acción) de día, mientras de noche gana dinero como conductor de autos para la fuga de criminales. Éste el héroe.   

En la historia central, entabla una amistad con su vecina (Carey Mulligan), una joven madre que cuida a su hijo pequeño mientras su marido sale de la cárcel. Pero no nos equivoquemos, porque entre el silente protagonista y esta ama de casa en abstinencia no habrá sexo, olvídenlo. El padre de la criatura sale de la cárcel, pero le es imposible zafarse de las redes del crimen, por lo que el héroe, quien también carga un pasado de ominoso misterio, entra en acción para redimirse a sí y a la pobre familia.

Acción hay poquísima. El ritmo y la ambientación de la película nos remite más bien a una de esas historias de los ochenta, donde el héroe conducía su vehículo por las calles de Los Ángeles, mientras escuchaba canciones de Cindy Lauper.

Hay, sin embargo, un cuidadoso cálculo del director para asestar los golpes de efecto, cuatro o cinco en total, durante toda la película. Atronadores como relámpagos que caen en medio de un llano, sacuden al espectador con su estrepitosa violencia, tan contrastante con el 90 por ciento de la cinta. Hay momentos en que el personaje principal recuerda al protagonista de Una historia violenta, por su parsimonioso sadismo.

Si Drive mantuviera ese nivel de tensión, sería una película de acción que pocos resistirían. No lo es. Su lentitud y los lapsos de una tranquilidad dramática que existen, entre un momento intenso y otro, se vuelven más pesados con la música ambiental, sólo apropiada para que una señora haga sus estiramientos de yoga.

El gran atributo de la narración es que crea grandes expectativas sobre la historia y sus posibilidades, situaciones que sólo existirán en la mente del espectador, porque a la pantalla nunca llegan. Por este trabajo tan hábil, Nicolas Winding Refn ganó la Palma de Oro como mejor director en Cannes en 2011.

 
 
 

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