¿Y DÓNDE ESTÁN LAS RUBIAS?

DIRECCIÓN: Keenen Ivory Wayans
TÍTULO ORIGINAL: White Chicks (2004)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Keenen Ivory Wayans, Shawn Wayans, Marlon Wayans, Andrew McElfresh, Michael Anthony Snowden, Xavier Cook
FOTOGRAFÍA: Steven Bernstein
MÚSICA: Teddy Castellucci
DURACIÓN: 105 minutos

 
 
 
 
   
 
 

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

A decir de los hermanos Wayans, la idea de ¿Y dónde están las rubias? surgió mientras uno de ellos hojeaba una revista sobre las personalidades de los Hamptons que exhibía la superficialidad de un mundo de seres privilegiados para quienes lo más importante es ser vistos. Interpretar a chicas de la socialité como esas podía convertirse en una divertida parodia de los inútiles herederos de multimillonarios, criados en cunas de oro y protegidos de cualquier sufrimiento, frustración, carencia o problema que les pueda deparar la vida. 

Pero no. El guion, escrito a doce manos, da origen a una cinta en la que dos agentes del FBI (Shawn y Marlon Wayans) son comisionados para vigilar a un par de hermanas de alta sociedad y herederas de una cuantiosa fortuna, pues se sospecha que serán secuestradas. Por razones bastante tontas, que sería aún más tonto explicar, los dos policías de raza negra se verán obligados a tomar el lugar de estas dos jóvenes blancas, a la espera de que los secuestradores se muestren. 

Lo que viene a continuación un conjunto de sucesivas escenas en las que los Wayans aparecen caracterizados como las millonarias herederas, gracias a un par de máscaras de látex y la ayuda del departamento de maquillaje, engañando a todos a su alrededor al mismo tiempo que se involucran con otras mujeres y aprenden sobre lo que éstas piensan y sienten. 

Esta pieza que podría haber sido una despiadada sátira sobre los vicios de las clases privilegiadas o sobre la creciente tendencia a hacer de la celebridad un fin en sí misma. Desgraciadamente, el intento se queda en no más que un desfile de escenas de humor trillado y escatológico, carentes de gracia, que en nada aportan a un ya de por sí poco creíble argumento. 

Ni qué decir de la exploración de la feminidad por parte de los protagonistas, pues el mundo de la mujer parece agotarse en estereotipos de mal gusto que la pintan como un ser interesado sólo por las compras y el estatus. Cierto que no habría que esperar gran realismo y contenido de una cinta como esta, pero uno piensa que al no tomarse en serio ninguno de los temas que aborda, ¿Y dónde están las rubias? podría haber optado por una comedia disparatada y sin sentido, que arrancara risas y aspirara a ser un placer culposo. Pero en ese terreno, hay que decirlo, los Wayans también fracasan, pues nada ahí invita a reír.

 

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