DINERO SUCIO

DIRECCIÓN: Charles Ferguson
TÍTULO ORIGINAL: Inside Job (2010)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Charles Ferguson, Chad Beck, Adam Bolt
FOTOGRAFÍA: Kalyanne Mam, Sventlana Cvetko
MÚSICA: Alex Heffes
DURACIÓN: 120 minutos

 
 
 
 
   
 
 

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Dinero sucio, el documental ganador del Oscar en 2011, aborda un tema complejísimo: la crisis financiera mundial de 2008 que llevó a millones de personas a perder su casa y su empleo. No exento de términos propios de los mercados financieros, su director Charles Ferguson logra una explicación absolutamente accesible del fenómeno y de los errores que lo gestaron.

Con la narración en off de Matt Damon, la cinta se remonta a septiembre de 2008, justo el momento de la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers y el colapso de la mayor aseguradora del mundo AIG. El abundante material de archivo y los testimonios de ex funcionarios, académicos, analistas y periodistas construyen una narrativa eficaz que permite al espectador escalar en su sorpresa e indignación en cada uno de los cinco capítulos que conforman el documento.

Primero, las autoridades estadounidenses fueron cómplices de una desregulación paulatina del sistema financiero que permitió que los bancos pudieran especular cada vez más con los depósitos de los ahorradores. Las instituciones empezaron a ganar fortunas de otorgar préstamos hipotecarios cada vez más riesgosos a prestatarios que no podían pagarlos, creando una auténtica bomba de tiempo. Tal como explica uno de los entrevistados, la avidez de los ejecutivos sólo llegó a ser comparable con un concurso de orinar: yo la llego más lejos.

La mayor cualidad del documental de Ferguson no es, curiosamente, su capacidad para aterrizar un tema tan árido y complejo, y lograr incluso un montaje lleno de humor, sino la increíble preparación del realizador y su profunda comprensión del fenómeno. Esto le permite poner contra la pared a personajes como el subsecretario del Tesoro de la administración Bush y el propio ex director de la Reserva Federal, a quienes se enfrenta en duras entrevistas, sin protagonismos, siempre fuera de cuadro.

Dinero sucio pone sobre la mesa la responsabilidad de calificadoras que tres días antes de la gran crisis consideraban altamente segura la inversión en bonos basura; exhibe a empresas que apostaban en secreto contra inversiones que en público le recomendaban a sus clientes, y prueba cómo ninguno de los culpables de este desastre enfrenta cargos criminales ni perdió su fortuna, antes bien recibieron millonarias compensaciones como liquidación.

Como lo explica alguien a mitad del filme, los ingenieros verdaderos construyen puentes, pero los ingenieros financieros construyen sueños... "Cuando los sueños se vuelven pesadillas, otras personas pagan por ellos". La cinta de Charles Ferguson es esclarecedora al mostrar el cumplimiento de esa frase, sin solazarse en las imágenes de la pobreza, pero en cambio dejando una sensación de rabia difícil de procesar. Créanme.

 

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