LOS DESCENDIENTES

DIRECCIÓN: Alexander Payne
TÍTULO ORIGINAL: The Descendants (2011)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash; basado en la novela de Kaui Hart Hemmings
FOTOGRAFÍA: Phedon Papamichael
MÚSICA: Jeff Peterson
DURACIÓN: 115 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Hace algunos años tuve como como lectura de cabecera un libro que hablaba sobre la tendencia a idealizar al que se murió: creer que nadie hacia esto como él, que en aquello era maravilloso, en lo otro sensacional, y que lo poco que hacía mal no lo recuerdo porque en realidad no tenía importancia. Parte de la recuperación emocional —decía el autor— es aceptar que el que se murió era en muchos sentidos maravilloso y en algunos otros una mierda.

Matthew King (George Clooney) es un hombre a quien la vida ha tratado bien en lo material. Vive en Hawái y muchos lo envidian, pues creen que vive surfeando y bebiendo mai tais. Tiene dos hijas (Amara Miller y Shailene Woodley) con las que le es complicado comunicarse y una esposa que ha caído en un coma tras sufrir un accidente en una moto acuática. Los descendientes es, como Entre copas —la anterior cinta de Alexander Payne—, la historia de un hombre en medio de una crisis existencial, buscando una respuesta.

Matthew no sólo se enfrenta abruptamente a la obligación de volverse padre de tiempo completo, sino que debe asumir un papel decisivo como responsable fiduciario de una enorme herencia familiar y afrontar que su esposa, cuya salud se deteriora más y más, le ha ocultado algo profundamente descorazonador. El melodrama familiar transcurre con sus ironías, con su dosis de humor cotidiano e involuntario que a veces parece cruel cuando se le mira en ese entorno idílico de Hawái.

De ahí que la cinta alcance su punto más alto cuando King, herido, en un arranque de rabia, le grita al cuerpo lívido de su esposa para decirle que puede irse al infierno, que nunca la conoció en realidad y que es una mierda. La cinta no ofrece más giros que ese; se trata de una historia pequeña sobre la pérdida de un ser querido, pero más que nada de un viaje emocional y de autodescubrimiento del protagonista.

La toma final del filme transcurre en la más absoluta normalidad del entorno familiar, no hay precisamente un final feliz, pero quizá contiene todo el sentido del título; es decir, los descendientes y aquello que uno deja para ellos al irse de este mundo. "Dale a tus hijos lo suficiente para que hagan algo, pero no tanto como para que no hagan nada", se le oye decir a alguien en una escena que sólo tiene sentido cuando la historia llga a su conclusión. La frase se refiere a la herencia material, pero también a esas otras cosas intangibles que también importan.

 
 
 
 
       

CANAL RSS
YOUTUBE
CONTÁCTANOS


DISTRITO CINE. Los contenidos de este sitio están sujetos a una licencia Creative Commons 2.5, con excepción del material (fotos, imágenes, videos) procedente de terceros.