DESAPARECIÓ UNA NOCHE

DIRECCIÓN: Ben Affleck
TÍTULO ORIGINAL: Gone baby gone (2007)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Ben Affleck, Aaron Stockard; basado en la novela de Dennis Lehane
FOTOGRAFIA: John Toll
MÚSICA: Harry Gregson-Williams
DURACIÓN: 114 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

El debut de Ben Affleck como director difícilmente podría haber sido mejor, sobre todo después de haber corregido un poco el rumbo de su carrera como actor con un par de trabajos notables, entre los que se encuentra su muy estimable interpretación de George Reeves en Hollywoodland (Allen Coulter, 2006).

Desapareció una noche es un filme de enorme complejidad moral que se propone atacar y provocar al espectador con cuestionamientos constantes a ideas socialmente aceptadas sobre lo correcto, así como a abstractos conceptos sobre lo justo y lo honorable que se desmoronan cuando se aplican en la realidad práctica.

Basada en una novela homónima de Dennis Lehane, cuya obra ya había inspirado Río místico (Clint Eastwood, 2003), la cinta se ubica en un barrio obrero de Boston, donde el tráfico de droga, el asesinato y la pedofilia se han incorporado silenciosamente a la cotidianidad. Ahí, Amanda, una pequeña de cuatro años es secuestrada, mientras su madre (Amy Ryan) se corre una parranda de alcohol y cocaína.

A la par de las investigaciones de la policía, la tía de la niña decide contratar a Patrick Kenzie (Casey Affleck) y Angie Gennaro (Michelle Monaghan), dos investigadores privados habitualmente dedicados a localizar a deudores morosos, para que se coordinen con los agentes asignados al caso y ayuden en la búsqueda.

La historia transcurre con un nivel aceptable de tensión, continuamente acentuada por la insinuación de la pedofilia o por la forma en que los distintos personajes asoman como posibles responsables. Affleck muestra ambición como director; sorprende al dejar caer el tono de su cinta y ofrecer varios falsos finales que se traducen en vueltas de tuerca que obligan a removerse en la butaca.

Durante la primera mitad no queda demasiada duda de los bandos: es la ley contra la delincuencia, el énfasis en los riesgos que entraña el abandonar los cauces establecidos para intentar actuar al margen de las instituciones, aun cuando esto se haga con buenas intenciones.

El panorama se transforma por completo cuando la investigación es cerrada oficialmente. La parte que juega cada actor de la historia es pasada por el tamiz de su propio discurso moral, lo que obliga a replantearse de qué lado juega cada uno y aun a cuestionarse si el pragmatismo sin ética resulta a la larga el mejor camino a lo justo.

Por supuesto, el trabajo de Affleck en la conducción no sería lo bueno que es sin la inapreciable cuota que ofrecen en lo actoral su hermano Casey —a quien comenzamos a notar hace poco en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford—; Ed Harris, en su papel del detective Remy Bressant, encargado de las pesquisas sobre la pequeña Amanda, y Amy Ryan, como la madre adicta, cuya ausencia y desdén es casi criminal.

No obstante hay algo que se impone: éste es un drama inteligente, comedido con un público que espera una forma distinta de filmar y que aún aspira a experimentar el sobrecogimiento de una escena brutalmente honesta. No es una exageración: el chico guapo tantas veces tachado de pésimo actor ha rodado una de las mejores películas del 2007.

*El estreno de Desapareció una noche debió postergarse indefinidamente en el Reino Unido, dada su aparente, pero no muy real cercanía con el muy extraño caso de la pequeña Madeleine McCann, quien desapareció en mayo pasado en un complejo turístico en el Algarve, al sur de Portugal.

 
 
 
 
       

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