¡DE PANZAZO!

DIRECCIÓN: Juan Carlos Rulfo, Carlos Loret de Mola
TÍTULO ORIGINAL: De panzazo (2012)
PAÍS: México
GUION: Carlos Loret de Mola, Mario Gutiérrez Vega
FOTOGRAFIA: Juan Carlos Rulfo
MÚSICA: Leonardo Heiblum, Jacobo Lieberman
DURACIÓN: 85 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

A lo largo de 80 minutos, ¡De panzazo! intenta mostrar lo que en los números parece ser una gran crisis de la educación en México. Ocupamos el último lugar entre los países de la OCDE en matemáticas, ciencias y comprensión lectora, y cuatro de cada diez de nuestros estudiantes carecen del conocimiento mínimo adecuado para resolver incluso problemas cotidianos.

Los datos aparecen frente a nosotros, vinculados a estadísticas sobre deserción escolar e ingreso económico según el grado de preparación académica. El documental aborda estos temas como asuntos preocupantes en sí, pero no consigue conectarlos en su discurso como escalones de un gran problema nacional, ni establecer con contundencia la responsabilidad específica de varios actores en él, más allá de lo que intuitivamente sabemos.

La cinta de Juan Carlos Rulfo y Carlos Loret de Mola dedica un amplio tramo a enfatizar que no existe un padrón de maestros en el país, para después brincar a entrevistas con alumnos y padres a quienes se les pregunta qué les parece la educación que se ofrece en las escuelas públicas. Difícilmente se advierte la relevancia de ambas cuestiones o las conclusiones significativas que se pueden obtener de ellas. Minutos enteros se consumen entre el protagonismo innecesario que asume Loret y las repetitivas escenas de niños chiveados frente a la cámara.

La tragedia comienza a advertirse cuando en la pantalla aparecen cientos de alumnos que no tienen clases, las telesecundarias que no cuentan con electricidad y mucho menos televisión, los profesores indolentes o mal preparados, incapaces de mandar a la calle muchachos con habilidades básicas para la vida. Pero incluso ahí se advierten tres temas de distinta naturaleza que Elba Esther Gordillo, lideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no explica por sí sola.

¡De panzazo! carece de profundidad, pero también de ambición para buscar y no quedarse en la superficie. El documento está lejos de sacudir con sus datos, de mostrarnos dónde estaremos en 20 años como país, dónde estarán los niños que llenan esta película ni cuáles son sus oportunidades reales en las condiciones actuales. Más aún, después de demostrar que Elba Esther es un lastre de la política, tampoco queda claro cuánto cambiaría el problema global sin ella.

No hay propuestas ni proyecciones porque los expertos de esta cinta (Denise Dresser y Federico Reyes Heroles) ni siquiera son especialistas en educación. Así, escuchamos soluciones simples y generales como que México necesita "un secretario de Educación con cojones" o si a esas vamos —como la propia Dresser decía recientemente en un programa de televisión— que Elba Esther se muera en su próxima cirugía plástica, que la encarcelen, que la enjuicien, que se enferme o que se vaya del país.

La cinta deja una deuda en lo que creo más importante. No nos dice dónde están esas escuelas que se niegan a perpetuar la idea de pobre e ignorante, que mejoran notablemente en sus resultados, sea que sus autoridades los apoyen o no. Dónde están los maestros excepcionales de este país y qué están haciendo dentro de las aulas para conseguir cambios significativos.

No tengo duda del talento cinematográfico de Juan Carlos Rulfo, pero ¡De panzazo! es el menor de sus trabajos, su obra menos personal, merced a un guion que sobreabunda en lugares comunes, que escarba en el voluntarismo a falta de investigación más profunda. En ese sentido tendría que dirigirse la crítica, no por las simpatías que genere Loret.

 
 
 
 
       

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