Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Dan en la vida real es una comedia romántica que, como otras, suaviza los trances dolorosos de una persona para sacar adelante una historia optimista y bonita que conecte emotivamente con el espectador y con sus cosas cotidianas.

La forma de llegar ahí hace la diferencia. Si algo pone a esta cinta por encima de la media de las de su tipo son los caminos que escoge, la vivacidad de las situaciones y los diálogos que permiten dar rápidamente la vuelta a los clichés. Hay humanidad y eso ya es bastante.

Dan (Steve Carell) es un hombre viudo, con tres hijas (dos de ellas adolescentes), autor de una leída columna acerca de relaciones humanas y familia en un diario de Nueva Jersey, que aspira a llegar a lectores de todo el país. La cosa es que entre el duelo no resuelto y las hijas que crecen, el trabajo de padre se vuelve más complicado.

Como cada año, llega el momento de viajar a Rhode Island, donde los abuelos reúnen a toda la familia durante unos días. En una librería cercana, mientras compra el periódico, Dan conoce a Marie (Juliette Binoche), una mujer guapa, divertida e interesante, a quien después de una hora de conversación en un café se ve obligado a olvidar al descubrir que es la novia de su hermano Mitch (Dane Cook).

Entre los equívocos amorosos y los esfuerzos de ambos por no involucrarse, se teje una comedia familiar que completa el cuadro amable y ligero, y que permite creerse aunque sea durante un rato que, como en el mundo de las hijas adolescentes de Dan, una persona puede enamorarse en sólo tres días.

El director Peter Hedges no trabaja únicamente el escenario de los encuentros clandestinos entre Dan y Marie, mientras el resto de los personajes se pierde hasta fundirse con los escenarios. Se acerca a cada uno de ellos a través de la convivencia, mediante líneas y diálogos llenos de caótica naturalidad y secuencias de entrañable calidez, como la noche de talentos rematada por los hermanos enamorados de la bella Juliette Binoche, a quien cantan "Let my love open the door", de Peter Townshend

No es frecuente encontrar en la cartelera una película a la que pueda definírsele como una propuesta comercial. Por definición, la propuesta implica búsqueda, más que la reiteración de momentos y diálogos. Dan en la vida real supera la expectativa con su humor lacónico y su buena química. Muy bonita.