CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 2

DIRECCIÓN: Dean DeBlois
TÍTULO ORIGINAL: How to Train Your Dragon 2 (2014)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Dean DeBlois; basado en el libro de Cressida Cowell
MÚSICA: John Powell
DURACIÓN: 102 minutos

 
 
 
 
   
 
 

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Regreso a la isla vikinga de Berk. Han pasado algunos años desde que Hipo logró domesticar a un peligroso dragón que se aseguraba era una cría maligna del relámpago y de la muerte misma; de hecho, todos han aprendido que los gigantes alados pueden ser útiles compañeros. Pero a pesar de haber cumplido ya 20 años, Hipo conserva mucha de su inocencia, de modo que al enterarse de la existencia de Drago, un tirano capaz de controlar y someter a todos los dragones, cree que puede razonar con él.

El guion de Cómo entrenar a tu dragón 2 evita ser simplemente una nueva aventura, sin relación con la anterior, que parte de un punto arbitrario, con personajes ya conocidos; en realidad, la historia de Dean DeBlois está cuidadosamente concebida como una extensión de la primera cinta, mostrando a personajes que, siendo los mismos, han evolucionado, se han vuelto más complejos emocionalmente. Y para una cinta animada esto es mucho.

Vistosa en el mismo nivel que su predecesora, con un manejo estupendo del 3D, la película no se extravía en el espectáculo, sino que se centra en narrarnos el proceso de maduración de su protagonista, quien dolorosamente llega a ese momento que metafóricamente se llama “matar al padre”, dejar su tutela, alcanzar la edad adulta, ser él mismo y ya no ser el hijo de Estoico el Vasto. Sin embargo, este proceso de Hipo no nace de la rebeldía, del querer romper todo tipo de vínculo con la trayectoria de su padre, sino de la necesidad de asumir el liderazgo.

Una vez más, el héroe debe pasar vivir la orfandad para crecer tras la pérdida. Si la primera parte de esta historia representa el fin de la infancia con una amputación, en la segunda, Hipo vive una iniciación a la adultez. Con su lado bestial como amigo (Chimuelo), la madre como una suerte de instinto protector, y habiendo trascendido a su padre, Hipo está listo para ser el líder de sí y de la aldea. Una aldea vikinga en donde los dragones son mariposas y libélulas colosales. Los miedos, las sombras de las amenazas, quedaron atrás: la reconciliación del hombre-dragón siembra la armonía en una cotidianidad que es un estallido de luz colorida.

Hasta ahora, vista como si fuese una sola cinta de tres horas y media, Cómo entrenar a tu dragón es una pieza que no descuida nunca su veta infantil y humorística, pero que en la medida que se hace narrativamente cada vez más ambiciosa, necesariamente profundiza en aspectos menos amables, se hace más oscura y dura, y sus batallas se vuelven más dramáticas porque no hay triunfos absolutos y el saldo nunca es blanco. Más que un episodio de transición hacia una tercera parte anunciada para 2016, DeBlois recupera los apuntes de la historia original y muestra una evolución de sus personajes sin traicionar sus características.

Con la misma sensibilidad que ya dejaba ver en 2002, cuando hizo Lilo & Stitch, el realizador tiene ya en sus manos una perdurable aventura acerca de vikingos y dragones, significativa en sus mensajes, de una belleza paradójicamente artesanal en sus paisajes y sus secuencias de vuelo, y emotiva. Muy emotiva.

 

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