LOS CALIENABANCAS

DIRECCIÓN: Dennis Dugan
TÍTULO ORIGINAL: The Benchwarmers (2006)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Allen Covert, Nick Swardson
FOTOGRAFIA: Thomas E. Ackerman
MÚSICA: Waddy Wachtel
DURACIÓN: 80 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

No debería decir esto, pero Los calientabancas no es una cinta terrible. No es buena, es verdaderamente irritante por momentos, pero es insolente y eso, en un mal día, puede incluso llegar a ser divertido.

Aunque con variantes, la línea argumental no es distinta de la de otros cien filmes similares. Gus (Rob Schneider), Richie (David Spade) y Clark (Jon Heder), tres amigos que durante su niñez se vieron excluidos de toda actividad, debido a sus capacidades limitadas y su "rarezas", rescatan al hijo de Mel (Jon Lovitz), un millonario, de un grupo de abusadores. Cansados de haber crecido excluidos de todo y de que la historia se siga repitiendo con otros, aceptan la oferta de Mel de competir (sólo ellos tres) en una liga infantil de beisbol para rescatar el orgullo de los niños destinados a ser calientabancas y no divertirse nunca en un campo.

La falta de originalidad en el guion no es tan notable como los mínimos estándares de calidad con que está hecha la película, apostando las más de las veces al humor más rudimentario y escatológico.

Los calientabancas es una oda al mal gusto, pero no peor que muchas de su género. Es cierto que ver todo el tiempo a Jon Heder haciendo de subnormal o estereotipar a todos los niños impopulares convirtiéndolos en freaks resulta verdaderamente irritante, pero finalmente creo que esa es la idea, picar a la audiencia.

Entre los detalles rescatables está la actuación de Jon Lovitz como el cerebrito que se hizo rico y convirtió sus sueños realidad: una mansión enorme decorada con réplicas de personajes de Star Wars, en tamaño natural, a manera de las viejas armaduras que habitan los castillos; carteles de las más importantes cintas de ciencia ficción como si fuesen pinturas valiosas, y dos autos clásicos en la cochera, el Batimovil de la vieja serie de Batman y KITT, el auto increíble.

A esto hay que añadirle también el talento de David Spade para la comedia, el cual ha quedado muy claro sobre todo en series televisivas como Just Shoot Me! (en México le pusieron Cada quien su vida), lo cual amortigua el impacto de una película hecha con lo mínimo de todo.

Además, el final no es del todo malo, aunque tiene toda la marca de las comedias deportivas infantiles, hay un par de actrices muy guapas que aderezan la historia... y párenle de contar.

No hay duda de que el target de Los calientabancas es el público menos exigente. Los productores, entre quienes no resulta raro encontrar a Adam Sandler, han encontrado que cintas de este corte son una excelente fuente de ingresos. Por lo que hace a Sandler, Rob Schneider y varios de quienes los acompañan en sus cintas, hay que reconocerles que son gente trabajadora, no aparecen demasiado ante los medios y no adoptan niños indonesios... En ocasiones hacen películas para matarlos, pero también de vez en cuando hacen algo que se salva. Al menos en esta ocasión no dan ganas de estrangular a nadie.

 
 
 
 

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