Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Barney's version es una novela pretendidamente escrita por su protagonista, Barney Panofsky, un disoluto y envejecido productor de televisión con problemas de memoria que se ha propuesto reunir los pedazos de su "malgastada vida"; se trata de la historia de un hombre más o menos ordinario que no para de cometer errores costosos en momentos importantes, pese a ser en esencia un tipo decente.

A diferencia de aquella obra, la cinta de Richard J. Lewis está contada desde la perpectiva del espectador y hace un recorrido a lo largo de treinta años de vida y tres matrimonios de Panofsky (Paul Giamatti), cuya memoria va sumiéndolo lentamente en la oscuridad. El guion de Michael Konyves subraya la personalidad contradictoria del protagonista, impulsivo e inteligente a partes iguales, para quien existe sólo una constante: Miriam (Rosamund Pike), la mujer de quien queda prendado el mismo día en que contrae matrimonio por segunda vez.

La película va construyéndose de momentos ridículos, humorísticos y al mismo tiempo entrañables, interpretados por actores y actrices que sin importar los minutos que aparecen a cuadro permanecen sin desdibujarse a lo largo de la historia, merced a un guion generoso que le regala a Dustin Hoffman (en el papel de padre de Barney) escenas que vuelven a exhibir el gran actor que fue o el gran actor que todavía es.

Hay un elemento del elenco, sin embargo, que está por encima. Sin una oportunidad de mostrar su enorme talento dramático desde Entre copas y La dama en el agua, Giamatti se rompe a sí mismo en un par de escenas para enseñarnos a un personaje que ha perdido todo a lo cual se aferraba, que sabe que sus errores le han costado la cuota de felicidad con la que solía vivir, pero que además no sabe soltar, dejar ir.

Barney escoge entonces el mejor lugar para refugiarse de un mundo que ha perdido su luz: el olvido.