AMOR Y MUERTE

DIRECCIÓN: Woody Allen
TÍTULO ORIGINAL: Scoop (2006)
PAÍS: Reino Unido, Estados Unidos
GUION: Woody Allen
FOTOGRAFIA: Remi Adefarasin
MÚSICA: Piezas de Johann Strauss, Pyotr Ilyich Tchaikovsky y otros
DURACIÓN: 96 minutos

 
       

Héctor Campio López| @campiolopez

Los fanáticos de Woody Allen adoran las comedias en las que él interpreta el papel de tipo pusilánime entrado en años y relacionado sexualmente con una mujer atractiva, neurótica y más joven que él. Lo que sigue en esas historias es ver cómo se hace el gracioso con chistes sobre sus ansiedades, la misoginia y las convenciones de las relaciones de pareja con rutinas que a pesar de su repetición película tras película les causan hilaridad.

Por eso, ver escrito el nombre de Allen en el reparto de Amor y muerte (Scoop) al lado del de la actriz Scarlett Johansson, hace pensar en una reedición de la historia que ya contó tantas veces. Por fortuna los años pasan y Woody Allen tiene que asumir en pantalla que sus requiebros eróticos tendrán que darse ahora sólo en los niveles de guion y dirección.

Esta película puede gustarle menos a todos los aludidos en el primer párrafo, sobre todo si la comparan con sus comedias anteriores. El personaje típico de Allen existe levemente en su manera habitual y Johansson pasa a ser algo así como su hija adoptiva y no su novia. Los roles románticos recaen en actores bien parecidos, jóvenes y carismáticos. Y por último, no se sorprenderán con bromas novedosas (lo que no significa que no sean graciosas).

Johansson interpreta a Sondra, una estudiante de periodismo que se alía de manera incidental con el gran Splendini (Allen), un ilusionista que la ayudará a corroborar si el aristócrata Peter Lyman (Hugh Jackman) es un asesino en serie. La indagatoria comienza a partir de lo revelado a Sondra por el fantasma de un reconocido periodista recién fallecido.

Woody Allen no se resiste a los encantos de Londres y la aristocracia que mostró en La provocación, así que los retoma en Amor y muerte. Pero es injusta la comparación con su película anterior porque aunque aquellos elementos, más la actriz principal, el crimen y la intriga se repitan, el tono es el de una comedia sencilla y entretenida. La pareja central es muy convincente y hay buena química entre los actores, uno diría que en la realidad todos se caen bien.

¿Hay algo extraño en que Woody Allen se repita a sí mismo? No lo creo y no me molesta. Después de todo es un director en la tercera edad y no se le pueden exigir obras maestras cada año.

Por cierto, tengo la impresión de que Woody Allen también está enamorado de Scarlett Johansson. Y aunque evidentemente no podrá llevar eso más lejos en la realidad, sí podrá engolosinarse de manera creativa con otro par de papeles pensados para esta actriz tan talentosa en sus próximas películas.

 
 
 
 
  

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