Juan Carlos Romero Puga | @jcromero
En pocos géneros la polarización y el choque fundacional del bien contra el mal funciona tan bien como en el western; un puñado de hombres íntegros que tienen en sus manos la difícil tarea de frenar a asesinos fríos y crueles que, casi siempre, les superan en número. 3:10 Misión peligrosa añade un elemento que la hace una magnífica reinterpretación de la cinta original de 1957 El tren de las 3:10 a Yuma: el honor de los forajidos.
Diferencias entre uno y otro filme existen, por supuesto, aunque la trama se mantiene en sus líneas generales. Apenas unos años después de la Guerra de Secesión, con una pierna lesionada y a punto de perderlo todo, Dan Evans (Christian Bale), acepta participar en el traslado de Ben Wade (Russell Crowe) un ladrón y asesino que acaba de ser capturado tras el robo a un carro blindado. Evans no busca más que 200 dólares para aliviar su situación, así que no se cuestiona mucho en sumarse al viaje de tres días hasta la estación de ferrocarril más cercana, donde deberán poner al criminal en el tren de las 3:10 de la tarde rumbo a la prisión de Yuma, donde le espera la justicia.
El miserable ranchero y el resto de los voluntarios saben que no pueden esperar una jornada sencilla, pues los cómplices de Wade van tras ellos. Sin embargo, la historia es más que la acumulación de millas en el paisaje árido de Arizona y los enfrentamientos a pistola entre los forajidos y los custodios del ladrón. Además del disímil e interesante grupo que conforman estos últimos, la interacción entre Russell Crowe y Christian Bale está casi todo el tiempo por encima del contexto violento en el que se desarrollan los acontecimientos.
Las persecuciones y los duelos son nada más que la argamasa de la relación antagónica entre ambos, la cual termina por tornarse en la observación y la vigilancia respetuosa del uno sobre el otro. Wade no fanfarronea; conoce sus propias habilidades y la de sus hombres, así que intenta hacer desistir a su guardián, entendiendo muy pronto que el hombre no busca sólo el dinero, sino la necesidad de cumplir ante sus hijos y ante sí mismo, no importa cuál sea su fin.
No será poco lo que se escriba de la química entre los dos actores. Ben Foster —quien interpreta a Charlie Prince, la mano derecha de Wade— no merece menos. El tipo interpreta a un excelente pistolero, con una fidelidad que lo hace desalmado e irreflexivo; él es el verdadero villano, un tipo incapaz de hacer concesiones de ningún tipo o de mostrarse cercano a persona alguna.
3:10 Misión peligrosa es un encomiable intento por actualizar el western y hacer un filme que resulta una novedad en un contexto hipertecnologizado. El director James Mangold logra un buen balance entre acción y una calma en la que no deja de sentirse la tirantez de los códigos morales que defienden los protagonistas
Su final es necesariamente fatídico y la historia debe inclinarse a favor de unos. No importa la forma en que el desenlace llega, como buena cinta de vaqueros la conclusión es una: todo lo bueno y todo lo honesto que puede hallarse entre los hombres está entre estos sujetos duros que se juegan la vida. Sin importar del bando en el que combaten, son íntegros, no se traicionan y si algo les queda al final es su honor. |